Publicidad navideña

La Navidad ha llegado y, como cada año, nos enfrentamos al binomio consumo-emoción; ahora muy al estilo siglo XXI. Las grandes empresas se están dando cuenta, cada vez más, que en una época como esta lo que más vende y cala entre el público son las emociones a flor de piel (especialmente la felicidad y la ilusión) y la cercanía y contacto con la familia. Por ello, durante los últimos años se ha disparado el número de campañas en las que se busca apelar a estos sentimientos para vender sus productos.

Resulta interesante ver como durante todo el año la sociedad se queja de los precios de todos los bienes y servicios, pero en Navidad esa percepción cambia y todo el mundo compra alegremente sin preocuparse por esos temas. Esto es otro ejemplo de cómo ha influido la publicidad en la imagen que tenemos de la Navidad, volviéndola consumista en exceso.

Según la web PsyCiencia (especializada en psicología), usamos los regalos para tapar las carencias de amor y afecto que tenemos durante el resto del año. Esta imagen de que los obsequios son la única solución nos viene impuesta por los medios de comunicación y la publicidad. Un ejemplo de esto lo encontramos en la promoción de los juguetes infantiles y como los padres se los regalan a sus hijos.

Ilustración sobre el consumismo en Navidad. Fuente: El Quinto Poder   
Si echamos un vistazo al otro lado, veremos que los publicistas preparan estas campañas con mucha antelación y preparación, ya que estas van a estar expuestas durante los 2 meses de máximo consumo. Esto demuestra que las emociones que despiertan estos anuncios están calculadas al máximo detalle para conseguir el mayor número de ventas posibles y seguir reforzando esta sensación de consumo obligatorio en Navidad. Este fenómeno ha llegado a tal punto que las campañas que buscan emocionar al espectador hasta el límite ya reciben un nombre específico: el sadvertising.

A continuación, podéis ver cuáles son las campañas publicitarias de Navidad más conocidas y recordadas de España.



Todas ellas tienen en común este afán por buscar la apelación de los sentimientos más íntimos de la sociedad (en especial la felicidad, la ilusión y la familiaridad) para conseguir vender mejor sus productos en estas fechas tan especiales. Por lo tanto, podemos afirmar que esta manera de hacer publicidad navideña es eficaz, ya que las campañas que usan estos métodos son más virales y permanecen más en el recuerdo de la sociedad.